Venecia, ciudad de cuentos emerge del fondo del mar. Despiertan sus habitantes, suenan las campanas de San Marcos y de pronto, un trueno que no es. Es el choque de una barca cargada de gente que golpea contra el muelle y su barquero es Caronte que grita:
-¡"Guay, maldita gente"!
Es que Venecia ha muerto y sus habitantes... sólo se dejan conducir.
Las campanas salpican el agua que aún les queda sin sonidos.
-¡"Guay, maldita gente"!
Es que Venecia ha muerto y sus habitantes... sólo se dejan conducir.
Las campanas salpican el agua que aún les queda sin sonidos.