Agua y Cristo, dadores de vida.

Agua y Cristo, dadores de vida.

domingo, 23 de octubre de 2011

Amor a primera vista

Fue gateando a la biblioteca,
el libro que vió,
tenia tamaño de mamadera
entonces, dijo -Leche-.
La madre quedó aterrada,
!Sus libros bebería¡
Y en la mas absoluta admiración,
siguió viéndola cada día.
Es Emilia, que sabe sin saber
que allí está el conocer
y, que no hay nada mas lindo
que aprender a leer.

sábado, 15 de octubre de 2011

Las dos caras de La Reina

La Reina y el Rey, ya ancianos los dos, se sentaban cada tarde en el alcázar de la Fortaleza a ejecutar el arte del ajedrez; corría el año 1410, tiempos de Feudos.
Mientras movían las fichas, la Reina miraba a su esposo reflejado en el pulido tablero de plata y oro y luego ponía sus ojos sobre él con silencio y adoración. El Rey desde su asiento se inclinó a mover su torre y cuando levantó su pieza, el espejo del tablero le mostró otra cara de su esposa, la Reina.
Con elegancia y glamour, disculpándose un momento, decidió consultar sobre el tema, al monje de su Clero. Caracterizaba a éste rey en particular, su bondad, forjada en la justicia y la rectitud, mas esa tarde se sentía confundido.
__ Lo que usted vió hoy, respondió el monje de ilustre nacimiento, es la fidelidad del espejo. El juego le tendió a usted una celada, le mostró una percepción distinta de una misma cara.
El Rey, sin perder  su paz interior, vestido con sus lujosas ropas incluida la corona y su espada, que marcan exteriormente la autoridad, respondió:
__ Yo vi entonces la belleza que otorga  el buen humor y el ingenio de mi mujer. Explicó
__ La capacidad de interpretar, la tiene nuestra mente como juez final, dijo el Obispo
El rey contento volvió a su juego, con su acostumbrada sensatez.




lunes, 10 de octubre de 2011

Ultima clase.

Sonó el timbre, uno hacía de hurón, otro de cocodrilo, dos llevaban gorros de salmón y tararira y el último gritó:
__ ! Feliz verano ¡ Profe.
__ !Gracias¡ Yo sacaré mi dromedario del bolsillo y tras él, el pasaje a la costa. !Hasta el año próximo¡ gritó alegre.
No todos los estudiantes son cursis, quedan algunos dentro del aula como Hugo, Darío y Tomás que libres cual aves,con alas de papel, deciden leer en vacaciones.
__  ¿Leiste a Borges? Preguntó uno.
__ Claro, termino sirupia y con teuforia cuando lo hago.
__ ¿Qué tal si salimos a pasear? Dijo Darío.
__ Mientras lo hacemos, hablame de "la lealtad" elevando el dedo índice para darle mas importancia a sus palabras. Contestó Hugo.
__ ¿ Cuál lealtad, la lealtad que prometen a la bandera los niños ó la lealtad como virtud de pocos?
__ Yo estoy un poco cansado, dijo Tomás, el de labios lila, y además ¿ Han comido? porque a mi  me silba el acantilado de mis tripas.
Y así, amenazados con una tormenta que anuncia el verano,  partieron con humor hacia el bar "El Carmelo".

Preludio del amanecer. (poema)

El sonido de la luz en una hora muerta
desató el canto de los pájaros.
Agoniza la noche y al final del giro
gotea la luna, un rayo de plata.
El canto enlazó el fuego del cielo
y desde el muro abandonado,
toma color el musgo y la trepadora.
Es el preludio del amanecer,
la hora que hiere la noche
y huyen con ella el frío y las sombras.
¡Divino rayo de luz!
Despliegan los colores tu llegada
y la hermana brisa, empuja al amanecer.







miércoles, 5 de octubre de 2011

"Por una cabeza"

El caballo negro, hijo del viento, golpeaba los cascos contra el suelo y en estampida salvaje, se lanzó en carrera, cruzaba el bosque y las ramas como cuerdas del viento, silbaban melodías agudas, los pájaros asustados huían aleteando de tal manera que el bosque era concierto, era ópera, era drama.

Apenas salió del llano, la pesadilla del bosque terminó y, refregando los ojos sobresaltado, se sentó en la cama. El supersticioso burrero tenía una fija y, barbudo aún, se asomaron en su cara las perlas en su torcida boca. Encendió su petardo blanco y dando una fuerte pitada, aceleró el paso y, con decisión, miró a la mas linda de la tribuna, la de finos labios rojos y angosta cintura y jugó a dos cabezas, al cabo negro de manchas oscuras en las patas y a la morocha que tenía al lado.
__Tuve un sueño, era real, le dijo.
__Yo le aposté a la zaina aquella, la roja oscura. Contestó.
Y así cual dramática ópera, la fija del domingo no se cumplió.
__"Cuántos desengaños por una cabeza". Gimió
Y juró de nuevo !Basta de carreras¡...como el domingo anterior.

MADRE TERESA DE CALCUTA

MADRE TERESA DE CALCUTA