Sonó el timbre, uno hacía de hurón, otro de cocodrilo, dos llevaban gorros de salmón y tararira y el último gritó:
__ ! Feliz verano ¡ Profe.
__ !Gracias¡ Yo sacaré mi dromedario del bolsillo y tras él, el pasaje a la costa. !Hasta el año próximo¡ gritó alegre.
No todos los estudiantes son cursis, quedan algunos dentro del aula como Hugo, Darío y Tomás que libres cual aves,con alas de papel, deciden leer en vacaciones.
__ ¿Leiste a Borges? Preguntó uno.
__ Claro, termino sirupia y con teuforia cuando lo hago.
__ ¿Qué tal si salimos a pasear? Dijo Darío.
__ Mientras lo hacemos, hablame de "la lealtad" elevando el dedo índice para darle mas importancia a sus palabras. Contestó Hugo.
__ ¿ Cuál lealtad, la lealtad que prometen a la bandera los niños ó la lealtad como virtud de pocos?
__ Yo estoy un poco cansado, dijo Tomás, el de labios lila, y además ¿ Han comido? porque a mi me silba el acantilado de mis tripas.
Y así, amenazados con una tormenta que anuncia el verano, partieron con humor hacia el bar "El Carmelo".
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