En un escollo de tristeza, destrozada el alma y bajo una luz discreta, yace en un rincón de hielo y aprisionado un animal oculto. Sufriendo la desdicha y el destierro porque el dueño no puede tenerlo en casa, con desdén fue a otra tierra lanzado y encontrándose en la peor encrucijada, ni su cola movía ni sus ojos levantaba.
Destemplado en cuerpo y alma, el padre de toda vida lo envolvía, lo entibiaba, sin saber ni sospechar el animal, que el rico sol tiene un arcón de joyas preciosas que engalanan la vida de pocos con dignas virtudes y...desprovisto de todo, sintió como alas de un ángel, la voz de su nuevo dueño que como fortuna del cielo a su vida llegaba. Se fueron con un diálogo intenso de palabras y cola en movimiento. Al paso se fue diluyendo el frío, y.... los escollos en arena se transformaron. Una desventura metamorfoseada en lealtad y en entusiasmo. !Qué importa la pobreza, si el alma cuando cristalina, es Joya Divina, es espejo de Bondad¡