No oses mostrarme un blanco cerdo sin tripas ¡No! Sólo quiero ver un animalito que luzca como el oro, sobre bandeja de plata, un cerdo bien condimentado, listo para comer, que huela a ajos y vino blanco. Mejor ¡Tápale la cabeza! No, ¡Quítasela! Porque no podría digerir sus razonamientos.
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