Agua y Cristo, dadores de vida.

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sábado, 6 de julio de 2024

                                    NIETZSCHE : El árbol en la falda de la montaña.

"Por mas que me esforzara, sería incapaz de sacudir un árbol. Sin embargo el viento lo zarandea y dobla a su antojo. El árbol, cuanto mas sube hacia lo alto, mas profundo se adentran sus raíces. El hombre, cuanto mas busca en las alturas nadie le habla y la soledad lo estremece de frío. El árbol está cerca de las nubes en su copa: Acaso, espera el primer rayo? Acaso, nunca pierde su amor y su esperanza? Las dos cosas pueden sucederle como a los hombres y sus afanes. Ser fiel a la mas alta esperanza" da Nietzsche como consejo.

Mal de muchos. de Manuel Palacios 1870. Madrid

No viste alguna vez del rayo herido 

desprenderse y rodar cedro gigante,

Llenando de terror al caminante
Entre los bosques al azar perdido?

¿Viste cómo la tórtola en su nido
Llora la ausencia de su triste amante,
Y cómo el sol derrite en un instante
El alud de la sierra desprendido?

¿Viste, por fin, en el tranquilo cielo
Extenderse las nubes poco á poco,
Y de sombras y horror cubrir el suelo?

¿Viste el arbusto que produce el coco?
Pues cese ya tu afán y tu desvelo,
Que si tú no lo viste, yo tampoco!


Reflexión: En la falda de una montaña conviene sentarse y observar la tierra y el cielo, para que la naturaleza nos ayude y nos enseñe la rectitud del pino frente a las complicaciones o enredos que muestran las glicinas; sólo eso nos alinea. El silencio brota de la montaña y todo lo penetra.



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