Agua y Cristo, dadores de vida.

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jueves, 30 de diciembre de 2010

Leer tragedias

 Para leer las tragedias griegas, es necesario un conocimiento previo elemental de la mitología, saber exactamente el significado de las palabras TRAGEDIA, HEROE, MITO, TEATRO y conocer la geografía del lugar donde suceden y ubicarse exactamente en el tiempo "real " del autor, el momento de su vida, su realidad, lo que le pasa a él y a otros en su tierra; Conociendo la historia entenderemos el porque de las tragedias y el valor incalculable que nos es legado.

¿Quien es Dionisio? Dionisio es el hijo de Zeus, con categoría de dios, aceptado en la tierra con homenajes y fiestas, las llamadas dionisíacas, corría el vino, la alegría y las máscaras  representativas de los genios de la tierra, todo era esplendor, y los teatros, una expresión de  arquitectura y acústica inigualable, aquí es donde entra la tragedia y es puesta en escena .Maravilloso!!!!

Estas dionisiacas evocaban dos momentos importantes en la vida de los guerreros : 1) salir a batallar bajo el ritmo del pandero que exaltaba la lucha  y la bebida que se ingería por las inclemencias del tiempo y el aumento del coraje  ; 2) el disfrute de un pueblo guerrero, el disfrute del triunfo de la batalla   y las consecuencias a la vista en la vida de los héroes y sus familias, todos se vestían con sus mejores ropas y el teatro resplandecía en color, música, y comidas típicas .

El dramaturgo Esquilo conocía bien la guerra y sus consecuencias, estuvo, participó y perdió un hermano en la batalla de Maratón, fue testigo de la unión de Atenas y Esparta en contra del enemigo común persa ,y fue testigo de la supremacía de Atenas sobre otras ciudades, colaboró con la puesta en escena de sus magníficas obras literarias, obras que logró darles continuidad para poder dar un sentido mas amplio a su idea general, las trilogías, hoy la mas conocida es "la Orestíada” o historia de Orestes. Un signo de contradicción, la tragedia en escena y el festejo alegre en homenaje a la vid y sus frutos, cordura y locura viven por igual las distintas clases sociales unidas esos días, entremezcladas, con el fin de honrar el amor a la Patria por sobre todo y a sus héroes, que dieron la vida por ella. Por entonces no había próceres, pero sí héroes, en la tragedia, mostraban toda la fuerza y el encanto de esos magníficos guerreros que a su vez, eran tan humanos que le sucedían situaciones inesperadas y de allí la tragedia, pero no dejan de ser para el pueblo “sus héroes”, los que combatieron por su tierra, por su Patria, por su Honor, por la palabra empeñada.  

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MADRE TERESA DE CALCUTA

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