Agua y Cristo, dadores de vida.

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sábado, 26 de marzo de 2011

El Suplicante Ulises

Las tragedias de un solo hombre, pueden llenar a veces libros enteros, como las historias que el brillante Homero escribe de Ulises, Rey de Itaca, esposo de Penélope, padre de Telémaco.

Ulises, fue a combatir a Troya por el afán de otro, pero su gran tragedia, no fue esa, fue el retorno a su patria demorado por voluntad de los dioses, a mi se me ocurre pensar, que cada momento de la vida de éste hombre, está en nosotros, cuando nos alejamos del corazón de nosotros mismos. y así te cuento, una breve parte de la arcaica historia.

Había una vez, un guerrero de nombre Ulises, que intentando volver a su patria después de la guerra,  quedó a la deriva en medio de la mar, en el ponto y, cuando creía que estaba todo perdido, una ninfa lo salvó, mujer de gran encanto, mujer que los dioses adornaron, toda ella hermosura, todo su entorno también, su nombre significa "la que oculta": "Calipso".
Ulises pasó con ella deliciosos momentos, mas su corazón, gritaba por dentro, !Aquí hay un hombre, que ama la tierra donde ha nacido!

A la hora de la Aurora, la que todo ilumina, Ulises, entre lágrimas, mirando el ancho mar y de espaldas a todo, cada dia, piensaba... y veia con mucha tristeza que "su familia y su tierra", ya no están a su lado, por eso llora, entonces, la bella Calipso, la que oculta, recibió la orden divina de dejarlo partir después de tantos años, lo ayudó, y sabiendo él lo riesgoso del mar, aun así, se fue lleno de regalos, en una balsa, agradeciendo la cortesia a Calipso.

Después de perderlo todo en el bravo mar, nadando y extenuado en las saladas aguas, divisó la boca de un río y así le habló´:
-!Oh, Soberano! Apiádate de mi que soy tu suplicante!- y el río de agua dulce, viendo su estado desesperante, el río, como un Dios, sus aguas apaciguó. Ulises, alcanzó la orilla y rendido, durmió cubierto de hojas en la arena. Nada mas creíble que un corazón sincero, que busca a su dueño, y no le teme a la tempestad.

El destino incierto, hace que el divino Ulises, "pida" y tenga en su haber solo la súplica, !eso sólo es mi gloria!, le dijo al río. Cuando así oraba, no había Dios que no esté a su lado, la Súplica, es lo único que tengo, decía, y lo que pidió, le fue concedido, con el tiempo.... volverá a ver a su familia y a su patria, volverá a ver a su padre, el gran Laertes, y quedará Calipso... añorando al mejor hombre, al que vio llorar por su destino incierto.

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