La alegría llama a la alegría
como el amor llama al amor
ambas brotan de la misma fuente,
del manantial bienhechor.
Jamás ninguna se amedrenta
son angelicales, llenas de hermosura.
Por eso, a las arrugas de los ojos
¡Yo las prefiero!
Son de la risa son del contento.
Déjame decirte alegría diaria:
Yo sin ti no se que haría.
¡Qué difícil es el camino!
cuando tristezas y amarguras
no encuentran en alguien
un poco de alegría.
como el amor llama al amor
ambas brotan de la misma fuente,
del manantial bienhechor.
Jamás ninguna se amedrenta
son angelicales, llenas de hermosura.
Por eso, a las arrugas de los ojos
¡Yo las prefiero!
Son de la risa son del contento.
Déjame decirte alegría diaria:
Yo sin ti no se que haría.
¡Qué difícil es el camino!
cuando tristezas y amarguras
no encuentran en alguien
un poco de alegría.
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