EL OJO
MISTERIOSO
El mar rugía
con furia en el pacífico y las ventanas del hotel, vibraban en la noche de luna
dejando insomne al pasajero solitario. Encendió un cigarrillo y al aspirar el
tibio humo gris, le penetró en el alma una gélida hostilidad al ruido marino.
El pasajero conocía otras olas cálidas, adormecedoras y suaves de la costa atlántica.
En este nuevo mar ni dormía, ni se podía dar un baño por el frío y la
agresividad del agua que mordía la costa
con furia quitando todo deseo de
bañarse.
El celular
dejaba ahora un mensaje en el whatsapp:
-Te espero
en la playa junto al muelle.
Y como nada
tenía que hacer, se dirigió hacia allí como estaba, con su pijama, sus
cigarrillos y su celular.
En el
muelle no había nadie y el teléfono dejaba otro mensaje anónimo:
-Pisa el
agua y me verás.
Mojó los
pies rápido, con temor y en el segundo que lo hacía un ojo de hombre se
reflejaba traslúcido y sin vida sobre el agua marina.
Disparó el
paso como si el lobo feroz de la infancia lo corriera y, al llegar al hotel,
revisó sus mensajes y estos ya no estaban.
Llenó su
valija, abrió la billetera y sacó un billete de cien dólares para pagar y
marcharse lo más rápido de allí. El conserje colocó a trasluz los cien dólares para verificar que no sea
falso y… el mismo ojo sin vida ,desde el billete, miraba al pasajero aturdido.
Benjamín
Franklin lo venía a buscar, quería compartir la experiencia de los dos mares
con él en su buque llamado Terror.
No hay comentarios:
Publicar un comentario