Agua y Cristo, dadores de vida.

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miércoles, 19 de marzo de 2014

EL OJO MISTERIOSO (cuento fantástico)

EL OJO MISTERIOSO

El mar rugía con furia en el pacífico y las ventanas del hotel, vibraban en la noche de luna dejando insomne al pasajero solitario. Encendió un cigarrillo y al aspirar el tibio humo gris, le penetró en el alma una gélida hostilidad al ruido marino. El pasajero conocía otras olas cálidas, adormecedoras y suaves de la costa atlántica. En este nuevo mar ni dormía, ni se podía dar un baño por el frío y la agresividad del agua que mordía la costa  con furia quitando todo deseo  de bañarse.
El celular dejaba ahora un mensaje en el whatsapp:
-Te espero en la playa junto al muelle.
Y como nada tenía que hacer, se dirigió hacia allí como estaba, con su pijama, sus cigarrillos y su celular.
En el muelle no había nadie y el teléfono dejaba otro mensaje anónimo:
-Pisa el agua y me verás.
Mojó los pies rápido, con temor y en el segundo que lo hacía un ojo de hombre se reflejaba traslúcido y sin vida sobre el agua marina.
Disparó el paso como si el lobo feroz de la infancia lo corriera y, al llegar al hotel, revisó sus mensajes y estos ya no estaban.
Llenó su valija, abrió la billetera y sacó un billete de cien dólares para pagar y marcharse lo más rápido de allí. El conserje  colocó a trasluz  los cien dólares para verificar que no sea falso y… el mismo ojo sin vida ,desde el billete, miraba al pasajero aturdido.
Benjamín Franklin lo venía a buscar, quería compartir la experiencia de los dos mares con él en su buque llamado Terror.


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