El
horizonte, jaula sin distancia,
abarrotado con oro y mordazas
pavimentado con ardientes brazas
se mece el
pensamiento en su estancia.
Allí,
aprisionado da sus motivos
y
pensamiento, sus ansias amplía
suya es la
línea y la sabiduría
cuando
razona, discurre, cautivo.
Resguardado
con llaves y cerrojos
aunque esté
privado tiene mil ojos
es mágico,
hermético y necesario.
El libro es
su alegoría profunda
es natura
pródiga, no confunda
mas
espectacular que un planetario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario